martes, 21 de septiembre de 2010

Los Cíclopes.

Los Cíclopes.

Cinco cíclopes peleaban por una ceja, es que se venía el verano y todos querían evitar que el sol les estropease su único ojo. Como habían perdido su ceja en el incidente de las tostadas y la cucharita de plástico, habían pedido una ceja de repuesto para cada uno, pero al revisar la caja encontraron que solo les habían enviado una.
Ahora pelean por la única ceja del paquete. Uno de ellos, el que tiene un garrote de roble, se pone de pie y pronuncia la oración sagrada del bambú: “Ghar, khar, Raghagáraga Kur dur ramelgor dar ghack Kha dargoh.” Y acto seguido golpea el suelo con su garrote. Dos de ellos se asustan y abdican a su derecho a ceja. Otro hace una breve pero concisa disertación en la que explica el por qué de la negativa a hacerle caso. El restante solo responde negativamente y se saca un moco.
El intelectual pone sus manos en forma de arco y se tambalea en busca del sublime punto de la aceptación espiritual, su aura se hace una con el latir de los corazones de los otros cíclopes. Los dos que habían abdicado celebran “No solo es inteligente, si no que también es plásticamente sabio, merece la ceja”. El más grande de ellos, quien recitase la sagrada oración a punta de garrote, se indigna y se muerde los vellos de su axila.
El restante, que se había sacado un moco, toma la ceja y la guarda entre sus glúteos. Los demás se quedan atónitos con la boca abierta. Luego lo increpan y entre los cuatro le llenan los pies de manteca y se retiran. Pasa ocho días resbalando en el mismo lugar sin poder ponerse de pie.
Los otros cuatro se ponen lentes de sol y juegan al dominó hasta el invierno.

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