En el mundo mágico de las serpientes hay trompetistas, escritores y personas que miran a las estrellas. Y también serpientes. Las personas que miran a las estrellas, a su vez, se dividen entre científicos y poetas.
Los científicos tratan de explicarse y explicarles a todos, como se mueven y por qué están ahí esas estrellas, que significan sus colores y cuáles no estarán en el cielo mañana.
Los poetas no están de acuerdo con los científicos y dan sus propias interpretaciones, que la mayoría de las veces consiguen hacer que los científicos se arranquen sus propios cabellos con las manos. Razón por la cual hay tantos científicos pelados y siempre están despeinados.
Los poetas usan a las estrellas para crear hermosas historias y así enamorar a las mujeres bonitas y a las que no son bonitas también. (Es sabido que para los poetas no existe mujer que no sea bonita).
Pero a veces, de tanto mirarlos, los poetas se enamoran de las estrellas y no pueden dejar de mirarlas ni de recitarles poemas. Por supuesto, a los científicos esto les parece una tontería y una ridiculez.
En lo único en que se ponen de acuerdo los poetas y los científicos es cuando escuchan la música de los trompetistas.
Cuando se sientan a escuchar los tonos que fluyen en el viento, es como si hablasen el mismo idioma, y comentan los pasajes de los trompetistas, aplaudiéndolos cuando ejecutan una pieza que les agrade y retirándose a sus asuntos cuando las melodías no los satisfacen.
Los trompetistas componen canciones para entretener a poetas y científicos, pero más que nada, para enamorar a las mujeres. Alguna que otra vez los trompetistas tocan melodías tan hermosas que la luna se enamora de un trompetista y los poetas se enojan y los persiguen. Si el trompetista es hábil puede seguir tocando mientras escapa, si no, tiene que elegir entre dejar de tocar y correr, o seguir tocando y sufrir la cólera de los poetas.
Todos ellos, científicos, poetas y trompetistas necesitan de los escritores para poder anotar sus descubrimientos, poesías y composiciones. De otra manera nadie recodaría los versos, los movimientos ni los nombres de las estrellas.
Por eso los escritores van siempre corriendo detrás de los más hábiles poetas, científicos y trompetistas. Los poetas y los científicos creen que todos los trompetistas son buenos, pero los escritores y los trompetistas saben que eso no es cierto.
Los escritores necesitan llevar un gran bolso que cuelga de sus hombros para cargar todos los lápices, papeles y lapiceras que necesitan. Porque no se puede escribir con la misma lapicera las melodías de los trompetistas, los descubrimientos de los científicos y los poemas de los poetas. Ni tampoco llevan las mismas tintas un poema de alegría que uno de nostalgia. Ni el bosquejo de una constelación, con el nombre de un cometa.
Como tampoco pueden ser del mismo color una canción que habla del miedo que otra que habla de belleza. Por eso los escritores llevan muchos lápices y lapiceras y muchas hojas de papel.
Todas les son útiles, pues las necesitan y les hacen bien.
(The Yellow Book)
4 comentarios:
ajajajja yo quiero correr tras la luna mientras suena y sueña un trompetista!!
jajajaa... Grande Limona!!! Si que te imagino corriendo tras la luna.
He conocido del mundo mágico de las serpientes, y he sabido que los científicos estudian y nombran las estrellas por la ciencia, pero mas que nada porque pretenden con esto impresionar mujeres bonitas. Bien es sabido que para los científicos, no existe la mujer bonita, porque buscan en ella la perfección como en la ciencia, excepto cuando se enamoran y pierden el juicio y comienzan a nombrar estrellas con nombres de sus enamoradas, esto pasa con frecuencia. Los escritores llevan muchos lapices para anotar las cosas de los poetas, los científicos y los trompetistas, por que saben que tienen que distinguir que papel sacar cuando se topan con alguna señorita para intentar enamorar con poemas prestados y nombres de estrellas, no con las notas de los trompetistas porque no saben tocar la trompeta, pero bien sea el día se topen con una mujer trompetista se enamorarán de inmediato e intentarán conquistarla haciendo pasar por propias las notas de los otros trompetistas, como también se enamorarán todos los poetas, los científicos y la luna.
Gracias, Sr. Ninja, veo que tiene usted un profundo conocimiento del mágico mundo de las serpientes. Su aporte a este respecto resulta ciertamente invaluable, se agradece y se invita a hacer tantos otros como le parezca.
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