Mi entendimiento acerca de las profundidades del mar es más bien limitado, pero en los días en que trabajaba como escafandrista en el canal de Venghurd, llegué a ver la desesperación con la que los cangrejos raspan sus pinzas contra las redes para poder escapar del destino de plato principal de un restaurant elegante. Eso me enseñó una importante lección: "Nunca acerques tu nariz a un cangrejo que huye por su vida".
También aprendí a mover de lugar objetos pesados debajo del agua, usando una soga y un palo. Pero lo más sorprendente que descubrí allí, en las cocinas de los restaurantes, fueron los asombrosos duelos de estrellas de mar, con los cuales se decidía quien lavaba los platos despues del guiso de lentejas.
1 comentario:
Ah, como olvidar los duelos de estrellas de mar...
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