viernes, 15 de julio de 2011

La voz del leviatán

- Temblad.- dijo el leviatán. Y todas las personas del mundo temblaron.
- Adoradme.- dijo luego con voz pausada y penetrante. Las personas del mundo, atemorizadas, se arrodillaron y lo adoraron. La masa inmensa que era el cuerpo del leviatán se alzaba inicua y suntuosa ante la gente.
- Ámenme. Y tendrán bonanza y compasión.- una ráfaga de dulce viento acarició los rostros de todos los presentes. Las alabanzas prosiguieron.
- Desobedézcanme y tendrán dolor, cruel e inimaginable.- un rayo partió el cielo y dio en medio del público, los que estaban más cerca ardieron en llamas, mientras los que estaban más alejados cayeron por el hueco quebrado en la tierra. Los murmullos se alzaron y luego todos elevaron sus brazos suplicantes.
- Y ahora.- el leviatán casi sonrió, pero antes de hacerlo continuó.
-¿Estáis listos para entregarme sus almas?- todas las personas del mundo contestaron afirmativamente, todas menos una. Se trataba de Oyi-El-Boyi, un ser que reflexionaba acerca de lo que sentía y decía aquello que pensaba.
- ¿Qué es lo que estáis haciendo?- preguntó el joven a sus congéneres. -¿Estáis acaso realizando algún ritual?- La pregunta fue sincera, la respuesta fue real.
- ¿Qué dices Oyi, no ves que nos amenaza el leviatán?- Habló un hombre con miedo, que estaba cerca y podía escuchar.- De aquellos que estaban más lejos, algunos hicieron silencio, otros empezaron a orar.
- ¿Leviatán dices? No veo a ningún leviatán, veo mucha gente asustada, confundida y poco dispuesta a escuchar.- El leviatán juntó sus manos y el cielo se ensombreció para que fuesen más nítidos los relámpagos que se tendían sobre la gente. Otra persona se alzó de la multitud y dijo atolondrada.
- Oyi-El-Boyi ¿Es que no tienes miedo? ¿Por qué no puedes adorar al leviatán? Arrodíllate, implora su perdón, su furia será nuestro final.- Los ojos del leviatán ardieron con furia. Oyi-El-Boyi miró a la multitud.
- No puedo adorar aquello en lo que no creo, no puedo temer a algo que no tiene ningún poder sobre mi, no puedo quedarme callado ante el sinsentido que veo delante de mi. ¿Por qué no volveis a sus casas, a sus trabajos o a sus jardínes?.- De entre la gente se oyó una múltiple exclamación, que fue una mezcla de agonía, reproche y temor. Todos retrocedieron, se hicieron a un lado y Oyi-El-Boyi quedó separado en el centro de un gran espacio vacío. Las manos del leviatán se elevaron y con fuerza las bajó. Un estruendo grandioso acompañó al rayo que cayó. Allí justo donde estaba Oyi-El-Boyi pidiendo una explicación.
Una nube de polvo inmensa, cubrió el suelo en derredor, asombro, duda y sorpresa fue lo que despertó. Cuando se hubo disipado, encontró en el centro, parado, al joven que sin pensarlo, no había recibido daño. La incontable cantidad de personas alzó una pregunta eterna: las llamas no lo quemaban, la tierra no lo tragaba ¿Cómo era posible entonces, que desafiara el poder del leviatán?
- No comprendo su temor ni su ciego recelo ¿Por qué han de temer a algo que no existe más que en sus mentes?- Oyi-El-Boyi miró a la gente, a sus congéneres, por última vez.
- Rápido, a él, matadle antes que provoque la ira del leviatán.- La persona que había alzado la voz, ya corría hacia Oyi con el puño levantado, muchos más también lo hacían. Lo alcanzaron y lo destrozaron. Su carne arrancada de sus huesos hechos trizas, solo su sangre baño la tierra para consuelo de nadie.
Algunos dicen haberlo visto, otros, que quien lo vio era la persona al lado suyo, otros dicen que era imposible verlo, que era tan grande que se lo confundía con las nubes, otros recuerdan su voz, o quizás no. Pero ese día, todas las personas del mundo se arrodillaron y adoraron al leviatán.

3 comentarios:

GRUPO UROBORO dijo...

Buenisimo, es como un breve cuento y un acertado resumen de la historia de una cierta religion...
Me gusta, me gusta
Exelente el personaje Oyi-El-Boyi
Y lo mejor es que todos creen en el Leviatan, pero nadie sabe bien porque o si existe.

Legandir dijo...

Triste y sublime metáfora de la realidad paco. Tal vez no era necesario destrozar hasta la carne a Oyi-El-Boyi o tal vez Oyi-El-Boyi nunca existió realmente y fue sólo una prueba de el Leviatán. De todas maneras, gran historia.

Paco dijo...

Gracias por sus apreciaciones.
Es cierto, Sr.Blender, puede que tenga algún tinte teológico y la masa es propensa a creer lo que cree la mayoría.
Me temo, Legandir, que por más triste que suene, era totalmente necesario destrozar a Oyi-El-Boyi hasta su misma carne.